No sé de dónde lo recuerdo. El Sol no está. Ni siquiera detrás. Cardinales, dos puntos: Lo encontramos, ahí está el Sol. La montaña se llama Milagro, yo no me llamo ni nada. Piso porque creo en el suelo.
Me como la lengua también los dedos así que no señalo no hablo no tengo codos no los pondré en la mesa no canto no corro en el museo en clase punto seguido
me empujo grito obedezco no obedezco soy el futuro del país no tengo freno